Hoy compartimos algunos consejos a la hora de armar una buena picada.

El soporte. Una tabla es lo más habitual pero no es imprescindible. Bandejas, platos decorados, hasta un pedazo de mármol puede quedar genial. Revisá lo que tengas en casa.

Los quesos. Unas 3 o 4 variedades de quesos ya hacen a tu tabla muy original. Podés jugar con las texturas, las intensidades, los aromas. El queso debe servirse cortado, y si es demasiado blando podés colocar espátulas para que cada uno se sirva.

Fiambres, embutidos, carnes frías. Incluí facturas secas como salamín, longaniza; fiambres como jamón cocido, lomito, mortadela, o incluso podés hacer carne al horno y cortarla en láminas finitas.

Frutos secos. Son intermediarios que ayudan a apreciar mejor los diferentes matices del queso. Maníes, castañas de cajú, nueces o pistachos, y también frutos pasas como la pasa de uva o dátiles.

Fruta fresca de temporada. Es el toque refrescante que necesita cualquier tabla. Pueden ser uvas, manzanas, peras, y según la estación que estemos, hasta frutillas. Los tomates cherry no son fruta pero pegan muy bien en las picadas.

Conservas. Verdes o negras, la aceituna es protagonista. También podés incluir pepinillos, alcaparras, pickles o morrones en conserva.

Pan, galletas saladas, tostaditas. Fundamental para acompañar, apoyar los quesos y fiambres, dan un toque crocante. Si vas a poner “pan normal” elegí alguno tipo de campo, rústico o con algún tipo de semillas o cereales.

Snacks: Con elegir 3 variedades de snacks es suficiente. Papas tipo chips, palitos, nachos, entre otros.

Salsas o dips: innová con un rico hummus o guacamole. También vale patés y quesos cremas saborizados.

RECETA EXTRA- Bocaditos de polenta:

Preparar la polenta de manera habitual pero en caldo. Untar con aceite una asadera y volcar la preparación dándole un grosor de 1 cm. Dejar enfriar.

Cortar la polenta en tiritas, pasar por huevo y pan rallado saborizado, freír en aceite y servir acompañado de salsa napolitana.